Frío

Ayer jueves 17 de diciembre, ¡qué frío hizo!. El escenario estaba gélido, el aparatito de aire de la sala no era capaz de hacerse notar. Fuisteis 21 de público creo, bastantes menos que estos días de atrás, lo que tampoco contribuía mucho a calentar el espacio. Tiesos, "¡estabais tiesos!", como se suele decir cuando no escuchas la reacción por parte del público. También hay otra expresión que dice: "estaban pintados", pero lo de ayer era que estabais "tiesos". La sensación que tuve durante toda la función me causaba desconcierto, inseguridad, ...no acierto a explicarlo bien. Una especie de culpabilidad por no estar haciéndolo como os merecíais, después de haber venido con tanto frío que hacía, con huelga de autobuses y todo, para luego defraudaros. En mi corazón tenía solo ganas de pediros perdón, de pediros que me dejarais volver a empezar desde el principio. No os reíais con nada. Solo cuando os dije: "¡Aquí, no es por nada, pero se suelen reír siempre!". ¡Qué graciosos!, eso si que es tener retranca; os reíais de reconocer lo siesos que estabais siendo. Al terminar la función me sorprendieron vuestros calurosos y sinceros aplausos. También al bajar me mostrasteis vuestra cálida acogida. Al comentaros mi sensación, me dijisteis que era porque estabais embelesados, que por el contrario estabais metidos completamente y que os había gustado mucho. El teatro es un misterio, tiene una magia que ni el actor entiende. Muchas veces uno sale deprimido de la función que ha hecho y luego resulta que desde fuera ha sido mucho mejor función que otro día que sales super contento. Las cosas que merecen siempre están fuera de nuestro alcance. También me sale recordar aquí una frase del Rey Don Pedro a Doña Toda en La baraja del Rey Don Pedro de Agustín García Calvo: " Así la fría mano presa corazón caliente, dicen..."