De puerta a puerta

Ayer fueron muy poquitos el público asistente a la función. Era Jueves y mucho frío. También yo estoy flojeando un poco a la hora de mandar emails y de dar la lata a todo el mundo para que venga, pero es que ya me fallan un poco las fuerzas en este sentido. Muchísimos amigos habéis venido, repetido y traído grupos. Al no haber medios publicitarios, ni críticas en los periódicos, la cosa no ha trascendido al gran público, al desconocido. Por otro lado es que lo de antes era una cosa increíble, llegamos a tener 60 personas por función. Ayer erais 12 o 13. Creo que para hoy y mañana estaba la cosa mejor. Mañana os digo. La función de ayer fue muy fría de todas formas, no os reíais ni a tiros con nada. No salió mal, yo me lo tomé con tranquilidad, constantemente por dentro me decía ¡vamos!, ¡vamos! y me metía a ello, a contároslo con todo detalle y matices. Pero estaba sola, os sentía lejos. El sábado pasado (que fue la última función antes de esta) sin embargo, estuvo muy bien de público y se lo pasaron en grande, fue una función muy cálida. Vino Rosana Torres (una periodista teatral muy conocida y prestigiosa) a ver la función y me dijo que le encantó. Dentro de un ratito me voy para el Montacargas a hacer la función de hoy viernes, como siempre voy andando. El trayecto de casa al teatro lo ocupo repasando todo el texto de principio a fin, esto me lleva justo lo que dura el recorrido de puerta a puerta. Qué curioso ¿no?